sábado, 12 de julio de 2008

Inútil (o no ser yo)


Te tengo enfrente y son inútiles mis manos si no te puedo tocar

Los labios se me atrofian por falta de besos,

los ojos me arden en cada cruce de miradas

y los músculos pierden su fuerza.


Todo sería distinto si pudiera acariciarte con la yema de mis dedos,

besarte sin pudor,

mirarte sin ponerme nervioso,

abrazarte hasta los huesos,

decirte que te amo


viernes, 11 de julio de 2008

Juan "Tata" Cedrón: El cantor de los poetas



Vehículo musical de plumas como la de González Tuñón, Juan Gelman, Homero Manzi, entre otros, el legendario cantor y compositor pasó por La Plata. Defensor de la poesía y amante de la palabra, dejó sus impresiones entre tangos y milongas



El "Tata" Cedrón anduvo por La Plata. Invitado a un homenaje que le realizó la UNLP a Homero Manzi -donde estuvo presente su hijo, Acho- el cantor y compositor vino con su guitarra "a tocar unos temas". La presencia del hombre que supo ponerle música a poemas de Juan Gelman, Raúl González Tuñón, Roberto Arlt, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Dylan Thomas, Bertolt Brecht, entre otros no era para nada casual.
Cedrón fue el último hombre que musicalizó a Homero Manzi. Su tarea fue la de ponerle melodías a tangos que el poeta escribió en la década del '40 y jamás habían visto la luz: "Cuando Acho me dio esas poesías de su padre me puse a temblar", confesó el músico.
Proveniente de una familia de artistas, hermano de Alberto (pintor) y de Jorge (cineasta), el "Tata" lleva la bohemia en su garganta. Cada tango que interpreta -aunque muchas son milongas- tienen la impronta de un cantor de rara especie. Ni siquiera en extinción, simplemente única.
A poco de volver a presentarse en Buenos Aires con el Cuarteto Cedrón, aquel que armó en París, Juan Cedrón volvió a instalarse en Argentina luego de tres décadas en Francia. Amante de la letra y la palabra, este figura de la efervescencia artística en los '60 y de la resistencia del tango en los '70, dejó sus pareceres a su paso por La Plata.


Manzi
Para mí es muy emocionante formar parte de un homenaje a Homero Manzi porque desde siempre lo admiré. La primera grabación que realicé fue un tema de Manzi. Me acuerdo que era en acetato, un disco de metal, un material del siglo pasado (en realidad del otro, del XIX). Debe haber sido por el año '62 o '63. Me emociona mucho escuchar a Acho Manzi, con tanta ternura y tanta profundidad al hablar de la obra de su padre.


La Plata
He tocado en los cafés y café concert. Viajaba en tren hasta dos veces por día desde Buenos Aires. O sea que venía tocaba me iba y a las horas regresaba a La Plata para volver a irme al amanecer. En esa época, entre 63 y y el 65, había unos muchachos que hacían rock, que luego fueron muy conocidos: La Cofradía de la Flor Solar.


Bohemia
Siempre me acuerdo que una de esas noches interminables, en Buenos Aires, se armó una gresca en un boliche, donde cayó la policía y entre nosotros estaba la Negra Mercedes Sosa. Salimos a defenderla para que no se la llevara la policía. Terminamos todos presos. Menos la Negra que se pudo escapar. Por eso la queremos tanto a Mercedes...


Falsos dilemas
El otro día escuchaba en la radio a unos muchachos que discutían y decían: 'El tango tiene que ser joven, si Pugliese dijo a que a partir de los 30 años se empezaba a sentir el tango'. Pero si Pugliese compuso el tango Recuerdo a los 18 años. Eso del tango joven y el tango viejo es una mentira. Una vez vi una foto de dos chicos, con un cuellito duro, que se veían con una orquesta de fondo. Eran Angel D'Agostino y Juan D'Arienzo. La foto era de 1911. Ellos habían nacido en el 1900, o sea que tenían 11 años. ¿Entonces cuando se es viejo y cuando se es joven para el tango?


Recuerdos
Mi hermano Alberto Cedrón (pintor, falleció el año pasado), me iba a visitar cuando yo estaba en París y siempre que íbamos a comer a algún lado se pedía un vino con soda. Y yo le decía: "Te van a matar los franceses, como le vas a poner soda al vino". Y él me respondía: "No importa. Arruino el vino pero conservo la identidad".


Poetas
Desde hace muchos que vengo trabajando con poemas de Gonzalez Tuñón, de Juan Gelman, de Bertold Brecht y por lo general no pongo que son tangos. Porque lo que yo hago es más milonga que tango.

viernes, 4 de julio de 2008

Pienso, olvido y pienso


Arriba brilla el silencio, abajo bebo poesías.

Te pienso.

¡Si supieras cuanto te pienso!


Llevo la sensación de tu boca en mi boca

y el perfume en un pañuelo,

pero el duende de tus ojos se me ha quedado en tu cielo.


El amor es para siempre tantas veces, como niños se llevan en el alma.

No me olvides mi amor, nunca me olvides, aunque sientas por dentro otras infancias


U. R.

Caratriste


Los "Caratriste" andan por la vida destilando pesares.

Desde que se levantan para ir al trabajo, con una jeta que se la pisan,

hasta la hora en que regresan a sus casas, con la mirada perdida en ningún lado.


Los "Caratriste" se quejan de todo en voz baja,

y consideran que su tristeza debe ser respetada por los que los rodean.


Los "Caratriste" no se permiten un baile, ni reirse en Carnaval, porque "eso es para otros"


Los "Caratriste" no festejan un gol porque se trata de un negocio,

ni toman rico vino porque hace doler la cabeza.


Los "Caratriste" han perdido los amigos por carecer de ganas de verlos.


Los "Caratriste" prefieren quedarse en sus casas, afuera "la gente está muy mal"



Ulises Rodríguez



sábado, 19 de enero de 2008

Rocamboleando


Rocambole es el padre de las imágenes y los símbolos del fenónemo rockero Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Hasta el 5 de noviembre expone en el MACLA su muestra “El rito del pasaje”. Artista que concibe su obra para muchos y “no para encerrarla en una galería de arte” cuenta -con música de los Redondos de fondo- su manera de hacer rock con un lápiz, un pincel o una escultura


Una nota a Rocambole debería tener música. Rock, sin dudas. Y de Los Redonditos de Ricota, por supuesto. Identificado por más de dos generaciones que conocieron su arte a través de las tapas y el diseño de los discos de la mítica banda liderada por Carlos “el Indio” Solari, para los “ricoteros” -y gente del palo del rock- este hombre es un personaje que entra en la mística de “los Redondos”.
Figura del rock con lápiz y papel formó parte de la Comunidad Autónoma de La Cofradía de La Flor Solar, con quienes produjo, en 1968, una ópera rock que fue presentada en Buenos Aires en el Instituto Torcuato Di Tella y diseñó la portada del LP de la Cofradía junto con Kubero Díaz.
Desde 1977, con sus amigos del grupo Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota formó una alianza en la que ellos ponían la música y Cohen las imágenes de los discos, los afiches y la puesta en escena.
La banda se transformó en el mayor fenónemo de masas del rock argentino y Rocambole en el padre de las figuras que pasaron de los discos a las banderas, las remeras, los grafitis, los tatuajes y todo símbolo referente al mundo de “los Redondos”.
Hoy sus dibujos y personajes de rostros marginales y gestos violentos ocupan un espacio en el MACLA del Pasaje Dardo Rocha en una muestra a la que denominó “El rito del paisaje”. Telas, pinturas, ilustraciones manuales y digitales desde que se separaron “los Redondos” hasta la actualidad.
Intentando que estas palabras vayan acompañadas de melodías ricoteras Rocambole habla de su arte, sus inquietudes, sus obsesiones, sus proyectos y su mundo. Ese que nunca dejó ser Redondo.


Yo, caníbal
Soy un buscador de técnicas, hay otros artistas que trabajan una sola manera de hacer las cosas y eso les marca el estilo. En mi caso estoy abierto a las diversas posibilidades. El origen es casi siempre un dibujo hecho a mano con una birome o lápiz. Después lo escaneo, lo trabajo en color y utilizo algún software. Algunas cosas las imprimo y las vuelvo a trabajar a mano. Me interesa mucho el trabajo artesanal y a eso sumarle las posibilidades tecnológicas, con alternativas que se vuelven casi infinitas con variantes que jamás se podrían hacer de forma manual como cambiarle el color a los dibujos mil veces en un rato. Hubo un momento en que tuve que readaptarme para seguir trabajando sobre todo para el trabajo editorial, para discos, revistas o lo que fuere. Los requirimentos de las imprentas son cada vez más modernos antes te pedían un disquete, después un cd y ahora un pendrive o internet.


Jijiji
Cuando uno es joven tiene esa suerte de energía y optimismo hacia el futuro que lo hace invulnerable. Esa energía es la que posibilita la creación de nuevas tendencias, nuevas estéticas, abrir otros caminos. Además de las ilusiones, todos fuimos jóvenes y creíamos en otro mundo posible. Con esto no quiere decir que al llegar a viejo no se crea en nada, pero es inevitable que uno se vuelva más cínico. De muchas cosas uno aprende a reirse y tomárselas de otra manera.

Unos pocos peligros sensatos
Entre mis alumnos de la facultad hay un 20 por ciento interesado, movedizo, que quieren aprender, transformar cosas y después hay un gran porcentaje que piensan en divertirse y pasarla bien tomando vino, cerveza, fernet y tomar cada vez más cosas y más cosas.

El pibe de las historietas
Debo ser una especie de débil mental, me quedé un poco en la infancia, por hacer cosas que le gustan a los chicos. Tiene que ver con que nací a la estética y las imágenes con las historietas, con las que también aprendí a leer, como Patoruzito y Rayo Rojo. Me acuerdo que por la desesperación de saber que decían, y como no podía esperar a que viniera mi viejo del trabajo, me pasaba la tarde viendo los dibujos y copiando las letras sin tener la menor idea de lo que decía. A los cuatro años ya sabía leer y escribir pero cuando tuve que ir a la escuela y pasar a cursiva me costó muchísimo porque estaba acostumbrado a la imprenta, que era la de las historietas.

Ladrón de mi cerebro
Mi sueño, ya a los ocho años, era un futuro pasar por un kiosco y ver en las tapas de mis historietas preferidas un dibujo mío. Una ilusión de chico que me duró hasta muy grande también. Por eso las imágenes que hago tienen una herencia muy fuerte de las historietas. Por eso los dibujos que hago son más parecido a un cuadrito de historietas que a una obra de arte fino.

Esto es to-todo amigos
Los Redondos eran mis amigos de la vida y parece ser que lo que hicieron se transformó en un fenómeno. No es que eran Los Redondos y después me fueron a buscar a mí para que les dibujara, eran mis amigos. Pegado a ese fenómeno quedé yo y eso hizo que mis dibujos se transformaran a la par de ellos.

Nuestro amo juega al esclavo
Nunca pensé que ese dibujo de la mano del esclavo con las cadenas se transformara en más que una ilustración. Hoy ya es una marca, un logotipo. Y todo nació de un aviso para el diario. Agradezco que me haya pasado eso.

Ya nadie va a escuchar tu remera
A mi me interesa la obra masiva como concepto. Nunca me imaginé como un pintor de galería, no me interesa la obra como objeto de lujo para alguien en particular, a mí importa la obra que se reproduce. Para mí lo que da el aura de la obra es más bien su reproductibilidad y no al revés. Muchos piensan que cuando una obra se reproduce mucho pierde la magia, para mi la obra empieza a ser obra no cuando la dibujo y la tengo guardada sino cuando empieza a circular y la gente la cuelga en sus paredes y la estampa en una remera.

Tarea fina
Acabo de terminar la animación para una película, que está en post-producción, que se llama La cámara oscura de la directora María Victoria Meniz. En este filme hay una secuencia de unos ocho minutos donde hay una niña que sueña y me encargó a ver si podíamos hacer el sueño en animación. Es una técnica en la que no soy un experto pero empecé a hacerlo cuando Los Redondos hacían sus últimas actuaciones en estadios y se proyectaban imágenes en pantallas gigantes. También con los videoclips hice animación: para Los Redondos, El otro Yo, La Cofradía de la Flor Solar, para un grupo de acá que se llama Papá Freddy y la prole.

El árbol del gran bonete
Lo hice en homenaje a un grupo de jóvenes desaparecidos del barrio La Loma. Se me ocurrió traer un árbol de esos que la tormenta había derribado en el parque Pereyra, lo dimos vuelta y lo plantamos de cabeza simbolizando que ellos querían cambiar el mundo. Hicimos una pequeña Loma que da el contexto del barrio, en plaza Alberdi. No quería hacer un monumento drástico y eso que a mí gusta bastante. Es una de mis obras menos conocidas pero está entre las que más me gustan.

Vamos las bandas
Tengo mis viejos discos de rock nacional de los amigos: Los Redondos, Jorge Zenno, Miguel Cantilo, Manal ahora pasados a esas tortas que leen la música en mp3 que caben dos mil discos.

Criminal mambo
A simple vista daría la sensación de que descargara violencia en mis obras, pero no puedo ser yo el que se ponga a analizar eso. A simple podría ser que así fuera. Quizás la cantidad de carga que tomo del entorno social la descargo en un cuadro. Si es así bienvenido sea. Mejor es pintar.